martes, 15 de noviembre de 2011

Fatum.

Puede que algún día, andando errante por alguna calle de la ciudad me cruce con vos, un completo extraño algo desorientado y melancólico pretendiendo ayuda para encontrar algún bar para poder desahogar,al menos por un rato,la pena que no lo deja vivir en paz. Podría pasar que en la puerta del lugar elegido a mi criterio, yo decida despedirte y vos me digas dulcemente 'Por favor, no te vayas, necesito hablar con alguien'
En ese caso yo accedería, al fin y al cabo cuanto puede tener de malo conversar con un desconocido que necesita que lo escuchen.Quién dice que quizás decidamos, luego de pasar una larga noche charlando sin descanso sobre amores tardíos, desencuentros, desdichas y porqué no alguna que otra alegría pasajera, irnos cada quién para su lado y dejar esa noche inmortalizada en el recuerdo de ambos.
Tal vez al pasar de los meses, porqué no años, encontrarnos por casualidad en la calle, como aquella noche, (aunque ésta vez una tarde de otoño) y entrar en un café con el fin de contarnos qué fue de nuestras vidas en ese tiempo. No sería difícil que me contaras que conociste a una mujer maravillosa, que te hace muy feliz y que te alegra mucho haberla encontrado. Podría ser yo la que te dijera que por fin logré olvidarlo y volví a enamorarme. O no. Lo más probable es que ninguna pronuncie una palabra.
Al momento de despedirnos podrías decirme 'Qué gusto volver a verte.'
Y quizás yo, entendiendo tus intenciones, te responda 'Igualmente'  y poco a poco me acerque para tomarte el rostro y rozarte suavemente los labios para llegar a darte un beso en tu mejilla y culminar la despedida. Me gustaría que no lo soportes, me tomes del brazo con un 'Esperá' y me des ese beso con el que sueño desde aquella noche en el bar. Un beso que dure segundos y que se sientan como horas, un beso para recordar.
No me molestaría que luego de ese episodio decidas llevarme a cualquier lugar en el que pudiéramos sentirnos y ser rehenes del destino que quiso volver a unirnos, porque bien sabemos que ninguno de los dos podría haberse olvidado de esa noche.
Posiblemente esa tarde lluviosa con una mezcla de ternura y pasión termine con una promesa casi segura de volvernos a ver y al pasar los días nos encontremos y quién te dice empezar 'algo' o simplemente querernos, que tanto nos hace falta.
Puede que esto suceda, puede que no. Sé que es un sueño.
Quizás nunca te conozca, pero quiero, necesito conocerte.